El profesor de Next Educación, Alejandro Molins, desvela su Fondo Documental político-social de los siglos XX y XXI

RODRIGO CAMPOS. Una fuente fiable a la que acudir para conocer los acontecimientos sociales y políticos de los últimos 60 años es Alejandro Molins, profesor de Next Educación. El pasado 16 de abril (2021) presentó su Fondo Documental homónimo en el Ayuntamiento de Tres Cantos, la localidad madrileña donde reside. Se trata de un proyecto personal, pero con vocación pública, y que tiene su origen en la pasión que Molins lleva practicando desde los 15 años, el escultismo (en inglés scouting). O lo que es lo mismo, la recopilación de libros, periódicos, carteles y otros documentos, en este caso, político-sociales. El fondo tiene como objetivo de “mantener la Memoria Histórica”, como el propio Molins cuenta, y crear un Centro de Documentación que sirva para conocer buena parte de la historia política, económica, social y cultural del siglo XX y principios del XXI. Para ello, almacena documentos –en su mayoría clandestinos– sobre la guerra civil, el franquismo, la lucha por la democracia, la transición o la lucha del movimiento obrero. Y todo ello lo pone a disposición de “investigadores, estudiosos, ciudadanos y grupos interesados”.

En el archivo se puede encontrar documentación de casi todas las provincias, de países europeos, americanos, africanos y asiáticos –donde destaca un importante acopio sobre China–. Además, “hay cosas desde los años 20, 30 y 40”. Por su importancia y volumen, ha pasado de ser un archivo personal a un Fondo Documental (FDAM), y todavía hay interés en seguir alimentándolo. El Fondo se compone de: una biblioteca con unos 5.000 volúmenes ya catalogados y otros 1.000 aún por catalogar; una hemeroteca con 3.500 cabeceras de periódicos, revistas, boletines y artículos de prensa; una colección de 3.000 pegatinas y otra de, aproximadamente, 7.000 carteles; y también, material audiovisual: discos, cintas y vídeos. El profesor Alejandro Molins destaca la importancia de acudir a esta memoria histórica publicada y defiende la necesidad de hacerlo “tanto desde el poder, como desde la oposición. Si no, idealizamos y se nos olvidan muchas cosas”.